Todos son enemigos
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El poker es un deporte de individuos que compiten por ser el último en abandonar la mesa de juego. No hay deferencias, no hay amigos, no existe ni la familia, eres tú contra todo porque lo más que compartirás con tus enemigos son las cartas del centro de la mesa. Decía Somerset Maugham, un escritor británico de finales del XIX y principios del XX: "El poker es el único juego para un hombre adulto. Su mano está en contra de cada hombre, y cada mano de cada hombre está en contra de la suya. ¿Quién hizo alguna vez una fortuna trabajando en equipo?". Recuerda siempre esta frase e interioriza el mensaje que transmite porque cuando te sientes en una mesa, sólo podrás buscar ayuda en ti mismo.
Para avanzar como jugador de poker debes dominar conceptos estratégicos básicos: desde la selección de manos iniciales a las pot odds, pasando por la importancia de la posición en la mesa. Pero esto sólo son herramientas, al alcance de cualquier jugador, también de tus enemigos. El elemento que te diferenciará de ellos es el auto control, saber leer los perfiles de jugadores a los que te enfrentas y practicar cada situación como si de la mesa final de las WSOP se tratara, aunque estés en micro límites. Tu lucidez a la hora de tomar decisiones vendrá dada por la intensidad del entrenamiento previo.
De nada te servirá seguir los dogmas estratégicos: ser un jugador sólido, jugar sólo las manos óptimas pero con fuerza o hacer c-bet de forma coherente. Nada de esto te valdrá para ganar si olvidas que frente a ti hay enemigos que esperan su oportunidad de hacerte morder el polvo, si poseído por el frenesí de un AK, o un AA preflop dejas de analizar a tus rivales, obvias la posterior evolución del flop y abandonas el auto control que te ha permitido llegar a esa situación.
La disciplina y la ambición de mejora permanente te ayudarán a desarrollar un juego sólido que te permita emerger entre los "fishes" que pueblan los océanos del poker. Y en esta línea de mejora permanente se manifestaba Somerset Maugham: “sólo una persona mediocre está siempre en su mejor momento”. El tuyo siempre debe estar por llegar.