Casinos con historia. América
Las notícias de Cara de Poker ya no se están actualizando. Todas las notícias de Cara de poker puedes encontrarlas ahora en el blog de PokerStars o accediendo a la .
¡Estafa, bancarrota, gafe, suerte! La siguiente parada en nuestra ruta en busca del casino con más sabor y anécdotas escondidas entre sus tragaperras es América. Estados Unidos es la tierra del show business, donde el juego siempre ha tenido un componente espectacular y temático. En Latinoamérica los Casinos han conservado una tradición más europea, han sido salas lujosas llenas de glamur y de fiesta. Desde el norte hasta el sur, en América siempre se ha creído en la oportunidad, en que todo es posible. Esa idea define al casino americano, un lugar donde la magia acaricia cada ficha, cada número, cada carta y cada moneda. Aquí viene el tercer capítulo de la sección Cinco entregas: Cinco continentes. Próxima parada: América!
¡Yo di la mano a Frank Sinatra!
Conocida como la perla del desierto o la ciudad de la luz; si piensas en un casino, irremediablemente, estás pensando en Las Vegas. Desde que en 1931 el estado de Nevada levantara la prohibición del juego y las apuestas, Las Vegas prosperó hasta convertirse en la capital mundial del juego. Se construyeron los hoy universales Belaggio, Flamingo, Caesar’s Palace y muchos otros, y se contrató a artistas como Elvis o Frank Sinatra para que tuvieran un show permanente en la ciudad. ¡Como para querer echar la siesta! Sinatra es, sin duda, la figura que representa el espíritu de la ciudad: por su carisma incontrolable, por sus ganas de pasárselo bien, por aquello del “”. Pues bien, cuenta la leyenda que Frankie y su Rat Pack oyeron el rumor de que había un croupier imbatible en el casino Sands Hotel. Por eso, más chulos que un ocho, se enfrentaron con él al BlackJack. Jugaron durante toda una noche y el croupier salió invicto del envite. Dicen que Sinatra quedó tan impresionado que lo contrató personalmente para que trabajara en uno de los casinos que poseía. Pero ser un crack tiene sus desventajas o, dicho en plan místico, “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Y es que el mito cuenta que el croupier continúo invencible durante toda su carrera, hasta el final de sus días. ¡Pensad en lo odiado que llegó a ser el pobre hombre!
¡Revolusssión en La Habana!
Y ahora, desde el más árido desierto trasladamos la barraca al húmedo Caribe. En Cuba la grandeza y la humildad han coexistido gracias al carácter de su gente: ¡Suave papi! Desde los años 30 hasta el final de los 50 la mafia invirtió todo su dinero en la capital Cubana, que pasó a ser conocida como la Gomorra de las Antillas, debido a su vida nocturna y al desenfreno que se vivía en los casinos. Se crearon el legendario Focsa, el Tropicana, el Capri, el Nacional y el SANS SOUCI. Como decían en El Padrino 3, “esta isla es una mina”. Senadores y capos norteamericanos se daban de la mano, asociándose para hacer de La Habana un paraíso de la ruleta. Artistas de todo el mundo tocaban y bailaban desparramándose en las salas de fiestas de los suntuosos casinos hasta que, en la Nochevieja de 1958 entra la revolución con Fidel y el Ché a la cabeza. Desde entonces, la ley Cubana prohíbe los juegos y su práctica está penada con la cárcel. Pero, en Cuba son más vivos que el hambre y como dijo un hombre muy sabio, “la vida siempre se abre camino”. Pues con el juego pasa igual. Y es que, actualmente, es frecuente encontrar en la isla Casas de Juegos (¿De dónde les vendrá el nombre?) donde una familia monta en su hogar un centro de juego, para apostar a los dados, a los naipes, al dominó, todo regado con Ron, alimentado con comida casera y a ritmo de Son. Hay que admitirlo, el juego está en la naturaleza del ser humano, es la salsa de la vida y en Cuba, si de algo saben, es de salsa.